La excavación arqueológica de la judería medieval que dio origen al municipio de Castrillo Mota de Judíos (Burgos) ha permitido sacar a la luz un horno de tejas del siglo XIII y avanzar en el trazado urbanístico de un asentamiento muy bien estructurado, que ocupa unos 7.000 m
Los trabajos en el yacimiento de La Mota, que están a punto de concluir tras dos meses de actividad, se han centrado en excavar el horno de teja cerámica localizado en la última campaña, la de 2021, ha explicado a EFE Ángel Palomino, arqueólogo de Patrimonio Global, la empresa encargada de este proyecto de investigación, que arrancó en el año 2015.
"Es una estructura muy interesante", ha insistido, pues las fuentes documentales recogen la existencia de este tipo de construcciones en la Edad Media, pero un descubrimiento arqueológico como este permite disponer de una evidencia arqueológica más allá de textos y escritos históricos, y conocer un poco mejor cómo vivían en esa judería del Medievo.
Palomino ha señalado que la campaña de excavación de este año, que cuenta con una subvención del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, busca dar continuidad a las campañas anteriores, de ahí que hayan intervenido también en la zona central del yacimiento, en el lado oeste, para avanzar en el trazo de la calle identificada.
Se trata de ver cómo funciona esa calle dentro del entramado urbano, cómo se abrieron las viviendas hacia la misma, en un yacimiento que muestra un asentamiento perfectamente estructurado y organizado, creado en un cerro que se aterrazó y dejó en resalte la pequeña Mota -de ahí su nombre- que seguramente albergaría alguna edificación simbólica o estratégica.
La expulsión de los judíos de Castrojeriz en el 1035 por el rey Fernando I de Castilla obligó a la comunidad a trasladarse a la judería de La Mota, pero no fue una expulsión "atropellada", ha matizado Palomino, sino que seguramente se pactó entre los líderes de la comunidad judía y los nobles de Castrojeriz.
La evidencia arqueológica es precisamente la existencia de este asentamiento tan bien organizado, que cuenta con calles, en torno a las cuales de edificaron viviendas y otros edificios públicos y privados; con servicios como el de los desagües o el horno de teja descubierto este año; y seguramente una sinagoga, aunque todavía no se haya localizado.
Lo que aporta, ha insistido, es una evidencia objetiva más allá de los registros escritos y las fuentes documentales, los más habituales a la hora de hablar de cultura hispano judía, que suelen tener un sesgo interesado de poder.
Además, el yacimiento de La Mota tiene una particularidad histórica: se trata de una judería rural que, en un proceso de desdoblamiento del poblamiento durante los siglos XIII y XIV, dio lugar al actual pueblo de Castrillo Mota de Judíos, cuyo nombre -cambiado en 2015- hacer referencia precisamente a ese pasado histórico.
El proyecto de investigación, con un presupuesto de 82.000 euros -el 90 % aportados por el Ministerio-, y que Palomino lleva a cabo junto con la arqueóloga María Negredo, incluye el diseño de un itinerario de visita por puntos de interés del yacimiento, como paso previo a una futura musealización de las zonas excavadas, que permita hacerlo visitable
