Desde el pitido inicial, el encuentro se mostró intensamente disputado, marcado por un juego físico que aumentaba la tensión en el campo de Bienvenido Nieto. El VRAC dominaba los puntos de encuentro, ejerciendo una presión constante que llevó a los burgaleses a cometer indisciplinas. Balta Taibo abrió el marcador con una patada precisa, estableciendo el 0-3 en el primer minuto.
Las arremetidas queseras no cesaron y, a los 11 minutos, Taibo volvió a demostrar su puntería, ampliando la ventaja a 0-6. Sin embargo, Burgos comenzó a encontrar su ritmo y realizó sus primeras incursiones en la veintidós del VRAC. La sólida defensa de los hombres de Diego Merino, junto con una eficaz respuesta ante las fases de peligro, mantenía a raya a los locales.
Tras quince minutos de juego, Burgos logró sumar sus primeros puntos gracias a una patada de Guillermo Mateu, ajustando el marcador a un 3-6. Aunque el equipo burgalés comenzó a generar peligro, un gran placaje de Pablo Miejimolle permitió al VRAC recuperar la posesión y alejar el balón de su zona de ventidós. El VRAC comenzó a encontrar su juego, pero los errores en la recepción evitaron que ampliara la ventaja. Aparejadores recayó en indisciplinas, si bien una patada fallida de Balta dejó las cosas en un tenso 3-6.
En los últimos minutos de la primera parte, tras varias fases de juego, Álvaro Pírez realizó una ruptura en el centro del campo, avanzando metros y conectando con Perotti, quien, con gran determinación, entró en la zona de ensayo para poner el 3-11. Pero la primera parte no culminó sin emociones adicionales: Burgos, con un impulso renovado, reaccionó ante un VRAC que parecía adormecido tras el ensayo. Con el sonido de la bocina, Facundo López logró el primer ensayo local, cerrando la primera parte con un 8-11 favorable a los vallisoletanos.
La segunda parte comenzó con el VRAC lejos de su mejor versión. En los primeros minutos, los burgaleses tomaron la delantera con un ensayo de Pablo Rascón. No cesaron en su presión y una ruptura de Tani Bay culminó en otro ensayo, transformado por Iñaki Mateu, elevando la ventaja a 20-11 a falta de veinte minutos para el final. La indisciplina se convirtió en un obstáculo desconcertante para los hombres de Merino, que se vieron obligados a emplearse a fondo en defensa. A pesar de sus esfuerzos, Burgos mantuvo la presión, acercándose peligrosamente a la zona de ensayo en varias ocasiones.
Con el cronómetro en su contra y la necesidad de remontar, el VRAC enfrentaba un desafío monumental. Sin embargo, otra indisciplina con tarjeta amarilla para Marc Sánchez multiplicaría los obstáculos, permitiendo a los burgaleses aumentar su ventaja a 23-11. La desventaja parecía entonces irrecuperable, pero el Entrepinares lo volvería a hacer. De sopetón, los queseros despertaron y tomaron las riendas del partido. Balta Taibo, mostrando audacia, se lanzó al lateral y comenzó el baile ofensivo. Con el tiempo apremiando, Miejimolle rompió la defensa y marcó un contundente ensayo bajo palos, que Balta transformó, acercando el marcador a 23-18.
Con el impulso renovado y una fe ciega, los de Merino se lanzaron a la carga. A solo tres minutos del final, Mauro Perotti encontró un hueco, evitó el pase y se coló en la zona de ensayo del Burgos. Taibo convirtió la transformación, sellando así la remontada con un emocionante 23-25. El Burgos no cesó en sus embestidas, pero el conjunto quesero defendió con fiereza, manteniendo la disciplina necesaria para llevarse la victoria. Casteglioni lo fio todo a un drop que no entró y, aunque se resistió, el pitido final llegó para certificar un gran triunfo en un partido, uno más, que se recordará no solo por la intensidad, sino también por el sacrificio que terminó convirtiéndose en un triunfo memorable.